26 d’abr. 2010

La Feria de Abril de BCN

La Feria de Abril de BCN deja de ser buen negocio para los comerciantes

  1. Los pasillos del Fòrum ya no se llenan y muchos feriantes amenazan con no regresar en el 2011
  2. La caída de las ventas y los altos alquileres impiden alcanzar las elevadas ganancias de años anteriores
Baile en la caseta que tiene en la Feria de Abril la Casa de Andalucía de Cerdanyola del Vallès, el viernes por la noche. Foto: ÁLVARO MONGE
Baile en la caseta que tiene en la Feria de Abril la Casa de Andalucía de Cerdanyola del Vallès, el viernes por la noche. Foto: ÁLVARO MONGE
DAVID PLACER
BARCELONA

La Feria de Abril ha dejado de ser un acontecimiento caro y altamente rentable. Por primera vez desde que el encuentro se celebra en el Fòrum, los organizadores no han podido alquilar todos los espacios disponibles y algunos pasillos que otros años estaban repletos esta edición lucen vacíos. Los famosos sablazos en los precios de los mesones han dado paso a grandes ofertas de menús.
Todos los comerciantes veteranos se quejan de caídas en las ventas que llegan hasta el 50%. Algunos de los que acudieron el año pasado no han regresado y otros asistentes amenazan con no volver si las ventas no remontan. La 39ª edición de la Feria de Abril abrió el viernes con una débil lluvia que impidió una asistencia masiva. La mañana de ayer, con un sol radiante, tampoco llenó el recinto del Fòrum, aunque la tarde y la noche hicieron posible un repunte de visitantes.
El viernes, pocas horas antes de que se inaugurara la Feria, los organizadores alquilaban un espacio comercial cerca de las atracciones que había quedado vacío por la ausencia repentina de un interesado. La empresa de quesos Inquepa, de Castilla-La Mancha, decidió ocupar el lugar, aunque ayer ya mostraba su arrepentimiento. «El viernes solo ingresamos 30 euros. El sábado por la mañana, 80. No pasa gente y la poca que hay no compra. Esto ha dejado de ser un negocio», explicó Mariane Bican, trabajadora de la empresa.
La firma no pudo asistir a la Feria de Abril de Barcelona el año pasado porque todas las parcelas ya estaban reservadas. La crisis les permitió este año entrar a última hora. «Nos cobran unos 4.000 euros por el alquiler. Es demasiado caro para lo que se vende aquí. En la feria de Molins de Rei pagamos 1.500 euros y en la de Mataró, 400. Tenemos claro que el año que viene no vendremos», agregó la empleada.

NOVATOS ARREPENTIDOS / El presidente de la Federación de Entidades Culturales Andaluzas de Catalunya (FECAC), Francisco García Prieto, declaró pocos días antes del inicio de la celebración que este año se notaría la crisis. El estado vacío o semivacío de algunos de sus pasillos confirma aquellos propios pronósticos.
Los espacios que dejaron libres algunos comerciantes los reemplazaron otros que, al mediodía de ayer, creían que su decisión no había sido acertada. «Pagamos 1.700 euros de alquiler por un espacio pequeño. Tenemos unos 300 euros de gastos diarios, porque venimos de Girona y tenemos que pagar hospedaje. El viernes comenzamos con pérdidas. Hemos tenido que hacer grandes ofertas. El jamón curado artesano lo vendemos a 14 euros el kilo y con la compra de 20 euros regalamos medio kilo de jamón», explicó Jordi Puig, de Carns Damià.
La comida de calidad y los productos artesanos parecen los grandes perjudicados de la Feria de Abril, aunque otros negocios de productos accesibles han sufrido con menor contundencia el golpe de la crisis.
Las golosinas, los helados y productos baratos para niños continúan sus ventas a un ritmo casi similar al de años anteriores. «Para la poca cantidad de visitantes, no hemos vendido poco. Las golosinas tienen salida en este tipo de ferias. Aun así, esperamos que los próximos días sean mejores», dijo Veronique Bonnual, resposable de la marca francesa L’Univers du Bombon.

PAGOS A PLAZOS / Casi todos los artesanos y comerciantes aseguran que los precios de los alquileres han sufrido un aumento desmesurado en los últimos años. «Asistí por primera vez hace seis años y pagaba 100 euros por cuatro metros cuadrados de suelo. Ahora son 1.500 por el mismo espacio porque también me hacen la instalación del chiringuito. Esto ha hecho que salga menos rentable estar aquí. La mayoría de comerciantes que conozco han dejado esta feria para irse a la de Piera», explicó Luis Alberto Navarro, comerciante de accesorios y bisutería.
La crisis, que ya se notó el año pasado en las ventas de los comercios y casetas, hizo que muchos asistentes abandonaran el encuentro sin liquidar sus deudas con los organizadores. Ante las complicaciones en las ventas, los organizadores han aceptado que los feriantes paguen sus alquileres en plazos.


EL PERIODICO.COM/BARCELONA