Si seguimos la tesis planteada sobre la utilización del método productivo para identificar a la artesanía, nos encontramos con que artesanía es casi todo sistema económico que no es industrial, y es posible que realmente sea así.
Incluso es la propia Unión Europea quien entiende a la artesanía de esta forma en la descripción que hace del sector, aunque también es verdad, que la Comisión Europea llegó a esta definición al estar muy condicionada por las diferentes normativas existentes entre los países y ésta era la única forma de dar cabida a todas ellas.
Países como Italia o Francia incluyen como artesanía a numerosos oficios y técnicas que serían inconcebibles desde una visión española, pero es probable que sea más fácil marcar las diferencias desde esta perspectiva que intentar acotar desde los materiales o las técnicas.
Si entendemos como un todo artesano aquellas actividades económicas que no utilizan procedimientos industriales, es más fácil identificar lo que “nosotros” entendemos como artesanía y que se refieren a todas aquellas actividades económicas relacionadas con los oficios tradicionales, artísticos y del diseño que no utilizan métodos de producción industrial.
A partir de aquí podemos crear un repertorio de oficios flexible y abierto, sin importarnos la aparición de nuevas técnicas y materiales, ya que únicamente se les debe exigir que su método productivo sea artesanal y tengan una vinculación directa con los oficios tradicionales y artísticos.
Aunque pueda parecer que hemos dado una gran vuelta para volver al mismo lugar, la realidad es que lo que hemos hecho ha sido desmontar y volver a montar el rompecabezas de la definición de la artesanía para que todo encaje de una forma definitiva sin que nos sobre ninguna pieza que nos impida cerrar la cuestión.
Por lo tanto, podemos entender como artesanía de oficios o arte y diseño todas aquellas actividades económicas realizadas mediante un sistema productivo no industrial y vinculadas a los Oficios Tradicionales y Artísticos.
Sencillo, eficaz y claro.
A partir de esta definición es cuando debemos empezar a cuestionarnos sobre el objetivo del sector artesanal, cuales son sus nichos de mercado y las acciones necesarias de desarrollo.
Pero ¿Cuál es el espacio de mercado que existe para la artesanía?
Tal y como se planteaba anteriormente, los nichos de mercado para el sistema productivo artesanal son aquellos a los que la industria y la importación masiva no pueden acceder por cuestiones de rentabilidad. Estos nichos se reparten entre los diferentes sistemas productivos por lo que no es posible identificar a la artesanía con un único tipo de productos y servicios.
A falta de estudios de mercado claros, y de forma intuitiva, si que se pueden identificar posibles oportunidades capaces de albergar gran parte de la actual producción artesana.
Sin duda podremos encontrar demanda de productos en sectores como Patrimonio artístico (Restauración y rehabilitación) Construcción (Promociones privadas y promociones públicas) Turismo cultural (Rutas guiadas, talleres visitables, demostraciones) Empresas audiovisuales y escénicas (Vestuarios, escenografías) Regalo (Institucional, privado, empresa) Objetos conmemorativos y reproducciones, Moda y complementos…
Estos mercados ponen de manifiesto la existencia real de una demanda de productos que por cuestiones de rentabilidad productiva no pueden ser obtenidos de otra forma que la artesanal y que sin ninguna duda justifican la existencia de un sector que sigue creando riqueza y siendo útil a la sociedad.
Félix Sanz Sastre
Director
Centro Regional de Artesanía de Castilla y León
C/ Valle de Arán S/n. 47010 Valladolid - España
Tel. +34 983 32 05 01 Fax . +34 983 32 05 02
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