3 de juny 2009

Por amor a lo manual


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TONA COROMINA - Barcelona - 30/05/2009

El arquitecto Michele de Lucchi exhibe en Barcelona su obra más personal

Michele de Lucchi está presente en nuestro entorno privado y laboral desde hace más de 20 años y aún no ha pasado de moda. Enamorado de lo manual, probablemente por eso sigue de actualidad. "La artesanía es absolutamente necesaria para poder crear, porque es el laboratorio experimental de la tecnología. Permite equivocarse y aprender del error, cosa que sería imposible o muy costosa en la industria. Pero el diseño es esto: la belleza de la equivocación, la casualidad...", afirma el arquitecto.

De Lucchi nació en Ferrara en 1951 y se graduó como arquitecto en Florencia en 1975. En los años setenta y ochenta estuvo implicado en movimientos radicales y experimentales como Cavart, Alchymia y Memphis. Fue responsable de Design Olivetti de 1992 al 2002, donde elaboró varias teorías sobre la evolución del ambiente de trabajo. Ha diseñado lámparas y otros objetos para grandes marcas italianas y europeas. También ha proyectado y reestructurado edificios para empresas importantes como Deutsche Bank, Novartis o Poste Italiane. Ha conocido el éxito masivo con la lámpara Tolomeo de Artemide, un versátil flexo de aluminio que firma con Giancarlo Fassina. Gran parte de la obra de Michele de Lucchi se ha desarrollado a gran escala, en procesos industriales que impiden la experimentación personal.

Consciente de que hay un hueco entre diseño y producción, en 1990 fundó Produzione Privata (www.produzioneprivata.it), una pequeña empresa donde se cultiva la experimentación y se incentiva la artesanía. Los productos se hacen en Italia según técnicas artesanales, totalmente al margen de la industria, y se venden por series en todo el mundo.

Arkitektura (www.arkitektura.es), que distribuye diseño internacional en Barcelona, presenta ahora Produzione Privata y las esculturas de De Lucchi Tra eroici muri di legno, una muestra que viene desde el Triennale Design Museum de Milán. Son 16 casitas de madera en bruto esculpida a golpes de hacha o motosierra por el propio arquitecto. Estas piezas únicas, refinadas en su imperfección, simbolizan un retorno a la manualidad que complementa el proyecto técnico.

"El material por excelencia es la madera, cuando se trabaja crea el ciclo uso-consumo-destrucción-reciclaje. Está siempre en evolución, y esto la hace apta para interpretar y acompañar la vida del hombre, que también es variable", explica Michele De Lucchi, quien considera al arquitecto como el intelectual responsable de la calidad de vida. Parece imprescindible saber su opinión sobre la crisis actual: "No es una crisis, es una revolución que implica un cambio de enfoque. Estamos en un círculo vicioso de consumo y más consumo que nos hace prisioneros. Las cosas han de volver a ser más cercanas, tenemos que aprender a usar sin destruir y así romper estas cadenas... Fíjese qué bonito, creo que la crisis nos hará más libres".